Las familias hoy enfrentan crisis que tienen múltiples factores desencadenantes, pero que esencialmente, parte de la ausencia de principios y valores. Algunos expertos coinciden en asegurar que en los países desarrollados y más aún en los que están en vías de desarrollo, hoy se puede afirmar que los hogares están enfermos y sufren un desequilibrio que amenaza la felicidad de todos, la paz social, la seguridad de las personas, y aleja la esperanza de lograr un mundo mejor. ¿Hay salida al laberinto? Sin duda que sí. Volver nuestras vidas y familia a Dios. Permitirle que Él ocupe el primer lugar y nos permita edificar hogares sólidos, con pautas de vida que le permitan a todos los componentes de la familia alcanzar el pleno desarrollo personal y espiritual.
Los hogares están amenazados por una sociedad que siembra antivalores a través de los medios de comunicación y que valida el rencor, la venganza y la falta de perdón como algo “normal”. Sin embargo, podemos decir que hay salida a la crisis. Está en Jesucristo. En esa espiral sin fondo los hogares se encuentran enfrentando la peor parte, como lo evidencian los altos índices de divorcios, el incremento de la violencia intrafamiliar, el distanciamiento entre padres e hijos, y el incremento de la drogadicción y la promiscuidad sexual entre adolescentes y jóvenes. Sin embargo, hay esperanza. Está en Dios. Abrirle las puertas de nuestros hogares y permitirle que obre los cambios que considere necesarios. ¡Él sabe cómo hacerlo! Hoy es el día para rescatar nuestra familia con ayuda del Señor. La vida será distinta. ¡Hay una nueva oportunidad!
Durante diez semanas nos acercaremos en nuestras reuniones dominicales a las 7 de la tarde a los principios y valores que encontramos en los Diez mandamientos. Puedes escuchar o descargar el primero de estos mensajes en el enlace que hemos preparado para tí.